martes, 2 de octubre de 2007

LA EDAD DEL ALMA

Como estoy viejo, creen que tengo vieja el alma.Blancos son mis cabellos y arrugas tiene mi rostro.Mis pasos son cortos, pero mis pensamientos largos.Mi alma está lozana y saborea los errores.Nada hace para que no se equivoquen en su diagnóstico.Me refugio en el menoscabo para poder disfrutar de mi interior que, si lo expusiera, sería tildado de anciano senil y soñador al que su evocación lo torna iluso.He llegado a esta edad física marcada por un tiempo arbitrario.Puede ser cien o uno, según el cálculo.Estoy viviendo y doy gracias.Voy un poco más despacio.Resulta difícil entender que el alma no tiene la edad del cuerpo.Mis cabellos son blancos.Mi alma sigue nueva, sin color y eterna.Vivo lo que es la vida.Vivo lo que es el presente.Tengo recuerdos nuevos y tengo recuerdos viejos.Tengo los ojos viejos, los que antes eran nuevos.Y tengo los amores vividos, que antes eran presente.Tengo el dolor de adentro y tengo el dolor de afuera.Tengo tatuadas en la piel las noches oprimentes de la ciudad dormida, las charlas de esquina y los callados segundos que seguían a los silbatos de las rondas, con los ecos lejanos de otros silbidos que, cual Sileno, profetizaban la calma.Tengo los años viejos y el alma nueva.El cuerpo está cansado, y sus fuerzas declinan, ya no responde a mi madurez porfiada.Tengo a Dios que me guía.Y a mi madre que me aguarda.Autor: Rolvider Hermes tE:00 54 011 4821.2024Libro: Diálogos con la casa vieja
Etiquetas: LITERATURA

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